Entrevista contra el tiempo a Charles Péguy

Por Juan Carlos Vila

 

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Un siglo nos separa del año de su muerte, pero sus textos son intemporales y gracias a ello podemos realizar una simulación, un engaño al tiempo, una trampa a la historia, y preguntarle recogiendo sus respuestas de entre los textos que dejó repartidos en los Cahiers de la Quinzaine, sus cartas y obra poética. La situamos justo hace 100 años, 9 meses antes de su muerte y en el umbral de sus 41 años. Tras cada texto, situamos la referencia bibliográfica del lugar de donde sale dicha respuesta, y que pueden encontrar en el apartado de Bibliografía que se adjunta. La traducción es nuestra, ya que sólo algunos se encontraban traducidos con anterioridad.

JCV Ahora que estamos a punto de traspasar la frontera entre 1913 y 1914, me gustaría Sr. Péguy que pudiéramos repasar lo que han sido estos últimos 15 años de su vida, una vida de joven escritor (no cumple aún los 41), poeta, editor, y si me lo permite, filósofo. En esta entrevista le agradecería nos hablara desde sus vivencias…

C.P. …Habiendo perdido, tras tanto tiempo de gerente y escritor, toda experiencia de la palabra, había preparado un plan que contaba con seguir al pie de la letra. Pero, siguiéndolo al pie de la letra (y lo he notado enseguida), me embarcaba en una lección que duraría cinco o seis largas horas.

(OOCC pág. 1794)


JCV Le entiendo y agradezco el esfuerzo. Los últimos años del siglo pasado fueron los de su primera Juana de Arco, Dreyfuss y su matrimonio. ¿Qué nos puede contar de ellos?

C.P. La descomposición del dreyfusismo ordena nuestra vida, nuestra fortuna, todo nuestro acontecimiento. Se puede llegar a pensar si no ordena incluso nuestro destino.

(Carta a R. Bouillet).


JCV Situémonos en 1900. Por que es entonces cuando se fragua la creación de los Cahiers de la Quinzaine. ¿Qué nos puede contar sobre eso?

C.P. Vivimos unos tiempos tan bárbaros que cuando se ve a unas personas imprimir unos textos apropiados, sobre un papel también apropiado, y con una tinta apropiada, todo el mundo se lanza a recriminar: ¡Será posible que tengan tanto tiempo que perder! ¡Y el dinero!. Pues no tenemos tiempo, ni tampoco el dinero, no tenemos más que nuestra vida para perderla. Y fallamos anteriormente en hacerlo, así que nos hemos lazado a intentarlo de nuevo.

(OOCC II, pág. 1270)


JCV. ¿ Qué me diría si le pregunto por París?

C.P. Diríamos que es la ciudad más exterior pero con la mayor vida interior…

(OOCC II, pág. 730)


JCV. Habitualmente se ha dicho de usted que es un arriesgado aventurero de la política que además entró en el mundo del periodismo, ¿qué piensa de ello?

C.P. Nosotros, por el contrario, debemos detenernos ante los problemas del camino, las imposibilidades de los caminos. Eso es lo que se nos exige. Uno debe vacilar, pararse, avanzar, retroceder, detenerse, retroceder un poco más. Y es por eso que somos temporal, aunque casi universalmente, despreciados. Básicamente por todo el mundo.

(OOCC II pág. 975)

JCV. Usted siempre ha sido vehemente al hablar de política, ¿qué piensa de la política de hoy en día?

C.P. Todo empieza siendo mística, y termina siendo política…. La mística republicana existía cuando se moría por la República; la política republicana se da en el presente, que se vive de la República.

(OOCC III pág. 250)


JCV. Cuando sus críticos valoran su obra, lo primero que se escucha es que usted no es sistemático,…

C.P. Cuando el teórico, cuando el pensador, se encuentra en presencia de una realidad compleja, no sólo complicada por complicaciones, sino compleja de complejidad, particularmente cuando se encuentra en presencia de una realidad doble, su primera reacción, donde se equivoca, y eso es lo malo, es reteniendo sólo una parte de esa complejidad, particularmente una de las dos partes en las realidades dobles; elimina instintivamente, automáticamente el resto, lo que le molesta.

( L’esprit de systeme pág. 9)

JCV. Y lo otro que se dice de usted es que es imposible situarlo en una corriente de pensamiento o escuela, fuera de la contemporaneidad, …

CP. Nunca he escrito nada de lo que yo mismo haya experimentado…. Un hombre, una obra, una cultura son exitosos si pertenecen al orden del acontecimiento. En ese orden lo que está hecho, lo está pero puede deshacerse, perderse. Y al contrario, lo que se ha perdido, está irremediablemente perdido y no puede ya recuperarse.

(OOCC III pág. 279)

JCV. Pero usted ha dicho cosas que seguramente serán guía para muchos que le lean más adelante, ¿qué piensa de ello?

CP. No serán ni las oraciones ni los discursos los que cambiarán el mundo. Nuestro primer deber no es hablar, ni escribir, ni tan siquiera elegir. El primer deber de cualquiera es honesta y modestamente, vivir según su ideal.

(OOCC I pág. 1789)

JCV Y para concluir, si yo le pidiera que me resumiera su pensamiento con alguno de sus poemas, ¿cual elegiría?

CP.

Lo que me admira, dice Dios, es la esperanza.
Y no me retracto.
Esa pequeña esperanza que parece de nada.
Esa niñita esperanza.
Inmortal.
(El pórtico del misterio de la segunda virtud, pág. 17)