Té taoísta (selección de poemas)
Como órbita de preocupaciones mezquinas, de gente maligna y situaciones triviales voló el año bisiesto como un corro de alucinaciones. No hay final a las penas y la vida es peor cada año. Y no se puede distinguir la máscara del rostro, y el laberinto es cada vez más intrincado y angosto.
13.12.1976
Se hinchan las venas turquesa, se empapa la frente lentamente por la almohada corre desbocado un chinche, corcel de la medianoche. Tras el muro se pelean los vecinos, y fuera un sucio abril: y una mujer calva sin nariz susurra con voz ronca: “eres mío, mi vida”
1977
En el tranvía viaja un proletario, duerme un oficial iluminado, cruje el periódico de un tártaro, un pionero mofletudo se pone colorado, una muchacha lee a Dreiser y un hombre está con el fusil... Maldición! volveré a soñar con Orwell y sus animales.
1976, 1977
Aquí está la noche. Aquí está el té. Aquí está el cigarrillo. Aquí está la ventana con las cortinas echadas. Aquí está la lluvia que golpea de través, y todo alrededor es negro–negro. En torno está el agua, en torno está el pantano. el Neva, la Fontanka, las islas, la eterna preocupación del pan y solo raramente la hierba...
enero 1976
Hay una bondad inefable en la palabra, concede el poder de la resurrección ayuda al alma a encontrar en el desierto de la memoria plantas floridas. Y repasando los pétalos del pasado reviviendo los momentos transcurridos el alquimista extrae de la tristeza el opio de una poesía.
6.08. 1976
Una pompa de jabón vuela, centelleando del balcón a la oscuridad, con las linternas de China adornando el vacío. El té de la India llena la cálida campana de porcelana, y flota el ojo de Buda en la paleta del semáforo. Una pompa de jabón vuela, brillando, del balcón a la oscuridad.
28 abril, 12 mayo 1977
Cómo se ha afinado el hilo de la vida, cómo ha raleado de repente el espacio, y el tiempo ha dejado de existir: la muerte lo constata. Las coordenadas “dónde-cuándo” han perdido el sentido... El alma es de bambú. Vacía e imperturbable como una planta.
septiembre, noviembre 1976
De la rama con ansia colgaba una hoja marchita. La gota brillante como una lágrima se arrastraba. Dios misericordioso le puso fin y la hoja voló.
noviembre 1976
Fragmentos de universo vagan por las calles, sin saber que el Ser es uno, y el hombre, como el viento, se encuentra en casa en todas partes.
28.11.1976
El mar redondo cubierto de niebla, té cósmico taoísta! las hojitas de té en la extensión del cielo esparcidas al azar por Dios. ¡Qué infusión tan densa! Silba el agua hirviendo de las galaxias, pero el cuerpo es una barca insegura, y el pensamiento va en deriva hacia el Oriente.
1977